12 Sep 2023
Trabajar en Condiciones de Calor Extremo es Peligroso. Debemos Hacerlo Más Seguro
El calor extremo es cada vez más frecuente en EE.UU. El gobierno federal y los(as) empresarios(as) deben proporcionar a las personas trabajadoras mejores medidas de seguridad.
Por Jessica E. Martinez, Marcy Goldstein-Gelb, Roger Kerson el 4 de Septiembre del 2023
A las 6 de la mañana de un sofocante Sábado de Junio de 2021, Sebastián Francisco Pérez empezó a trabajar en Ernst Farm and Nursery, al sur de Portland, Oregón. Recién llegado de Guatemala, Pérez estaba instalando tuberías de riego para árboles utilizados en el paisajismo de hogares y empresas.
La temperatura alcanzó los 107 grados ese día. Poco después de las 3 de la tarde, los(as) compañeros(as) de Pérez lo encontraron desplomado y jadeando. Murió de hipertermia y deshidratación.
Pérez es una de las varias personas trabajadoras de Oregón que murieron durante una ola de calor sin precedentes, alimentada por el cambio climático, que se instaló en el noroeste del Pacífico. En todo el país, hasta 2.000 trabajadores(as) mueren cada año a causa del calor extremo, con otros 170.000 incidentes relacionados con el calor que provocan lesiones y enfermedades.
Sin embargo, sólo cinco estados cuentan con normas de seguridad específicas para proteger a las personas trabajadoras de los peligros de la exposición al calor; no existe ninguna norma federal. El calor extremo es cada vez más frecuente; millones de personas en Estados Unidos han sufrido olas de calor sin precedentes este verano. Las Administraciones públicas a todos los niveles deben proteger la salud y el bienestar de la población, incluidos los(as) trabajadores(as). Pero los(as) empresarios(as) también deben tomar medidas para reducir el riesgo de enfermedades o muerte relacionadas con el calor de las personas que trabajan para ellos(as).
En Julio, el Presidente Biden anunció un refuerzo de la aplicación de la normativa en materia de seguridad térmica y un aumento de las inspecciones en las industrias de alto riesgo, pero estas modestas medidas no son suficientes. Necesitamos urgentemente una normativa coherente a escala nacional, que incluya un marco para la reducción, la aplicación y la formación. El fácil acceso al descanso, al agua y a la sombra son medidas bien documentadas que pueden reducir el riesgo de insolación.
Para conseguir estas protecciones, nuestra organización -el Consejo Nacional para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (COSH Nacional)- se une a trabajadores(as), sindicatos y defensores(as) de la seguridad para pedir una rápida actuación del Congreso de Estados Unidos. Una nueva ley propuesta exigirá a la Administración de Seguridad y Salud en el Trabajo (OSHA) que elabore una norma provisional sobre el estrés térmico en el plazo de un año. Posteriormente, la OSHA deberá llevar a cabo el proceso, más largo y laborioso, de redactar una norma permanente. Durante el gobierno de Nixon, en 1972, se propuso por primera vez una norma federal sobre el calor; ahora que las altas temperaturas están mucho más extendidas, hace ya mucho tiempo que es hora de completar esta tarea vital.
En la actualidad, el calor extremo perjudica y mata porque los efectos del cambio climático no sólo incluyen temperaturas más altas, sino también un aumento de la humedad. Esto interfiere en la evaporación del sudor, el mecanismo natural de refrigeración del cuerpo. También aumentan las temperaturas nocturnas, lo que dificulta la recuperación tras largas horas de exposición diurna.
Los síntomas del estrés térmico, como mareos, náuseas y pérdida de equilibrio, pueden aparecer de repente. Una persona puede estar ya muy enferma -o muerta- cuando estos indicadores son perceptibles. Además, la exposición repetida al trabajo extenuante a altas temperaturas puede provocar enfermedades a largo plazo, como cardiopatías y nefropatías crónicas.
La carga de los riesgos para la salud en el lugar de trabajo relacionados con el cambio climático recae más gravemente sobre las personas trabajadoras de color y las inmigrantes. Entre las personas trabajadoras más afectadas, muchas no son ciudadanas estadounidenses, trabajan en la agricultura, la construcción, el paisajismo y el almacenamiento, y trabajan para empleadores(as) muy parecidos al de Pérez. Durante la investigación de la OSHA en Oregón tras la muerte de Pérez, un funcionario de Ernst Farms "intentó argumentar... que el empleado es responsable de cómo presiona su cuerpo". De hecho, no es seguro que un(a) trabajador(a) controle su propia salud. Nadie debe trabajar solo(a) en condiciones de calor extremo.
Al elaborar una norma provisional y permanente sobre el calor, los reguladores federales pueden basarse en el trabajo realizado en los estados que ya han adoptado este tipo de normas. En Oregón, poco después de la muerte de Pérez, el estado emitió una norma temporal de emergencia sobre seguridad térmica y comenzó a trabajar en una norma permanente. Safe Jobs Oregon, una filial de COSH Nacional, ayudó a coordinar una amplia coalición de grupos sindicales, ecologistas y comunitarios para garantizar la participación de trabajadores(as) de todas las procedencias. Esto incluyó sesiones de escucha en español por la tarde y una línea telefónica directa en la que las personas trabajadoras podían dejar comentarios para el registro oficial en cualquier idioma. La coalición también buscó el testimonio de expertos(as) académicos(as) en salud pública y seguridad laboral.
El resultado es la norma sobre calor ocupacional más completa del país, que protege tanto a los(as) trabajadores(as) de interior como a los(as) de exterior e incluye requisitos de seguridad cuando el índice combinado de calor y humedad alcanza determinados umbrales. Exige a los(as) empresarios(as) que proporcionen sombra y agua, descansos programados, formación de trabajadores(as) y supervisores(as), y un plan de aclimatación para que todas las personas que laboran puedan acostumbrarse poco a poco a trabajar a altas temperaturas. Según la OSHA federal, entre el 50 y el 70 por ciento de las muertes en exteriores "se producen en los primeros días de trabajo en ambientes cálidos o calurosos, porque el cuerpo necesita crear una tolerancia al calor gradualmente con el tiempo".
Los esfuerzos continúan en otros lugares. En el condado de Miami-Dade, una ordenanza municipal propuesta obligaría a los(as) empresarios(as) a proporcionar descanso, agua y sombra, así como formación a las personas trabajadoras además de notificación de sus derechos como trabajadores(as) en varios idiomas, lo que afectaría a unos 80.000 trabajadores(as) de la construcción y la agricultura. La ordenanza se aprobó por unanimidad en primera lectura ante la comisión del condado, pero la forma definitiva de la norma está pendiente.
Mientras tanto, las personas trabajadoras que trabajan duro en el calor tienen derechos, independientemente de su estatus migratorio. Estén o no cubiertos(as) por un contrato sindical, pueden unirse para instar a sus empleadores(as) a mejorar las condiciones de trabajo. Si un empresario(a) no responde, los(as) trabajadores(as) que sufren riesgos laborales pueden presentar una denuncia ante la OSHA.
Como ha ocurrido a menudo en la historia laboral moderna de Estados Unidos, los(as) trabajadores(as) tendrán que impulsar el cambio. No será fácil. El acusado descenso de la representación sindical en Estados Unidos -impulsado por un grado de resistencia patronal a la democracia en el lugar de trabajo- atípico entre las naciones industrializadas- dificulta aún más que las personas que trabajan hagan oír su voz. Las represalias ilegales preocupan a quienes denuncian problemas de seguridad, sobre todo cuando puede explotarse su condición de inmigrantes.
Otros obstáculos son las afirmaciones exageradas sobre el impacto de las medidas de seguridad de sentido común. Añadir pausas de descanso durante los días calurosos, por ejemplo, se traduce en mayores costes salariales para los(as) empresarios(as). Pero unas condiciones de trabajo más seguras implican menos lesiones y enfermedades, lo que se traduce en menores costes por indemnizaciones a personas trabajadoras, asistencia sanitaria y bajas laborales. En California, por ejemplo, el número de lesiones laborales se redujo un 30% tras la adopción de normas sobre el calor en 2005.
El propio proceso legislativo también puede utilizarse indebidamente. A principios de este año, la asamblea legislativa de Texas aprobó un proyecto de ley que habría anulado las leyes locales de Austin y Dallas que ofrecían a los(as) trabajadores(as) más protección cuando trabajaban en condiciones calurosas. Recientemente, un juez del condado de Travis se puso de parte de los municipios de Texas, dictaminando que el llamado proyecto de ley "Estrella de la Muerte" viola la Constitución de Texas. Se espera una apelación. Las personas que trabajan tienen todo el derecho a exigir que tanto los(as) empresarios(as) como el gobierno respondan con contundencia a los peligros a los que nos enfrentamos ahora, y a las numerosas pruebas sobre cómo reacciona el cuerpo humano al calor extremo, y cómo las normas de seguridad basadas en la ciencia pueden reducir el riesgo y salvar vidas.
Este es un artículo de opinión y análisis, y las opiniones expresadas por el autor o autores no son necesariamente las de la publicación Scientific American. Este artículo apareció originalmente aquí.